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¿y qué si nadie me lee?

Muchacha tan loca como tranquila, tan muda como blabladora. Tan amarga como dulce. Tan pequeña como grande. 20 años de paz y amor.

lunes, 27 de agosto de 2007

"Porque"


Esta calle es nueva para el mundo.


No acaba en la otra esquina ni tampoco en esta


Terminará cuando yo me canse de mis pies torcidos de aburrimiento.


Y el cemento queme mis tobillos débiles.


Esta calle, en este instante, en esta gota que cae de cansancio, ya me parece vieja.


La he caminado, la he sufrido, la he llorado.


La vereda me parece alta y las luces ciegas, porque ya nadie camina a mi lado.:·.


Esta calle nueva, esta calle vieja, esta calle es un temblor, que traspasa mi fiebre, que me lleva al infierno.


Esta calle infinita ni siquiera me lleva al mar, porque es corta y triste.


Es triste y seca.


No conoce el amor, el agua, ni la obscuridad, porque es nueva, porque es vieja.

domingo, 26 de agosto de 2007

I love You.

Yo te amo con la locura
Que sólo existe en nuestros cuerpos
Que se besan bailando
Que se pierden en el fuego.
Yo te amo de la nada
De una planta si fondo
Yo te siento mis alas
Que me llevan a tus ojos.
Es el frío que me enloquece
Que vuelve y me envuelve
Tú, de mi cielo apareces
Tan hermoso, me sorprendes.

viernes, 3 de agosto de 2007

“La mini falda y sus camaradas”


Sigo caminando y a través de los lentes de una mujer veo todo más pequeño, el perro, el timbre, el paradero.
Son las tres de la tarde y me imagino que hay sus treinta grados. El helado de un niño se derrite demasiado rápido y su cara exagera de modo constante, sus manos se pegan y llega una mosca.
El sol desorbita mis ojos, mi cuello transpira y miro hacia el semáforo. Está en rojo, está en verde. Crucé la calle y me di cuenta que camino chueco, volví donde mismo, pero hay otra gente esperando en el paso. Una vieja canosa, un señor con sombrero, una rubia fumando y un cartero. Sigo los pasos del cartero, mi más cercano, y terminé al lado de la rubia… ¿por qué sería? ¿Porque anda muy escotada, sus curvas son casi perfectas o porque el cartero camina chueco al igual que yo?
Bueno, veo pocos autos y el viento está tibio. Hay sombra, esa sombra no fría, sino esa sombra de hombre, de humano que me persigue o que por coincidencia pasa por mi espalda. No tardo en darme vuelta y ya no hay nadie, me asusto porque se mueve la sombra aún y luego me entero que soy yo. A estas horas la sombra ya no camina por mi vista, sino que por detrás, en realidad casi por detrás, porque al igual que yo camina chueca, ahora está a mi lado y me saluda.
Sigo de largo sin preocuparme por las personas que me miran preguntándose qué cara pondrán cuando pasen por mi lado, pero es inevitable y yo de improviso invento una cara para un chico. Bostezo. Bostezo no normalmente, sino como con furia, con desesperación, deformando el rostro. Él sigue de largo. Las calles están con hoyos, el paso se cebra está despintado, al igual que mis zapatos, me toco el cabello por segunda vez y me miro las uñas, me las muerdo y las tiro. Un limón no me vendría nada de mal o una mentita, mis labios se secan mis dientes se queman, mi lengua desierta. Sigo caminando varias cuadras más siguiendo una línea, intentando caminar bien, intentando no irme donde están los autos. Por mi cabeza pasan miles de cosas, qué mis zapatos, que la rubia, que el cartero, que camino mal, que… en realidad sólo cuatro cosas, suelo exagerar. No camino mal, ni camino bien, soy casi normal. Quizás soy parte de la suciedad de esta sociedad. Me siento, bebo miradas y tirito por escalofrío. Luego llego a la escuela de Modelaje para aprender a caminar. Me cuesta mucho, todas las muchachas de ahí transitan derecho.En la tarde, salgo de la escuela más tranquila y me doy cuenta que estoy en la misma calle que el caballero con sombrero, que la vieja canosa. La rubia apagó su cigarro y el cartero se toca la oreja.

"El viejo"

Qué brujería es esta. No puedo escribir... ¡se me acabó la tinta! Apenas puedo moverme para ir a comprar una nueva.
Dónde está mi clarinete? quiero tocar.
Hoy no seguiré mi cuento, crearé una melodía para hacer juego con el viento...
Qué día más amargoso, creo que me contagié, soy un viejo gruñón. Pero, ¿¡¡dónde está, maldita sea!!?...Ya está obscureciendo y no veo nada. Ahora no sé que hacer, no tengo tinta, no hay luz y no encuentro mi clarinete... No puedo escribir ni crear melodías.
Creo que dormiré para poder soñar, crear, cantar... Sólo me siento, quiero un agua de hierba caliente para mis dolores añejos. Quiero un café dulce para mejorar mi aliento. Quiero una mujer que me regale su belleza su calidez. Necesito algo que me haga florecer de nuevo, para tener un espíritu joven, ser fuerte y atrevido. Quiero magia para amanecer con nuevas ideas. Todas las plasmé en un papel. Quiero entregar cariño, mil poemas a una mujer. Sólo quiero un perfume para renovar mi olfato, unas manos suaves que curen mi rostro roto, un viaje largo donde llueva en verano. Cambiaria mi forma de ser para conquistar el mundo, para conquistar corazones, para conquistar miradas, para... hacer latir tu corazón más fuerte. Soy un viejo quebrado, las termitas me comen los huesos. Me gustaría ser una para comerte de nuevo.
Ya sé, subiré a la luna y te miraré a lo lejos. ¿Pero cómo?... Mejor en mis sueños te beso. Te recuerdo joven, amorosa, atenta. Ella me recuerda sucio, desatento, asqueroso, pésimo... ¡¡soy un muerto con ojos abiertos!! Necesito una hoja nueva. Necesito la tinta para destruir lo escrito, lo antiguo. Necesito mi clarinete, para romper la maldita melodía.

miércoles, 1 de agosto de 2007

La Peste DeL Amor

Había caído la peste del amor. Todos se habían reunido para celebrar el último día de sus vidas. Los pobres, los ricos, los indigentes, los solitarios, los fracasados del Planeta Girasol. Esa fiesta la habían organizado las flores marchitas y todos los habitantes quisieron participar. La idea era que todos se juntaran dentro de los jardines donde iba a estar todo adornado con bellos colores. Todos los que amaban realmente, todos los que nunca habían conseguido tomarle la mano a su amor lejano, los que no pudieron besar al que nunca le miró a los ojos. Ya eran casi las 9 de la noche y un valz lento comenzó a sonar al ritmo de los pies de quienes se dirigían a los patios gigantes, eternos. Todos tenían la libertad de vestirse como desearan, los ángeles del cielo se los concedería. Las doncellas fueron con sus mejores atuendos. Los hombres de la baja nobleza estaban cubiertos con unos ternos claros para llamar la atención de las muchachuelas que nunca los habían mirado. Y así comenzó todo. Las personas sonrientes como nunca esperaron conversando y danzando.Los ricos no discriminaron a los pobres, de hecho aprendieron a conocerse. Todos eran nobles, no existía el rencor y por fin el vino no los mareaba.Esa noche nadie se avergonzaba, porque ya sabían que mañana no existirían, ni ellos ni el amor. En sus corazones había una tristeza brusca y oscura. En el fondo todos le temían a la muerte, todos querían que la noche no acabara, ya que sería la última donde podrían besar, sonreír de verdad, acariciar con sentimiento. Pero para que eso no siguiera, los ángeles celestes los hechizarían para que todo fuera bueno, sin problemas, sin prejuicios, y para que no se acordaran de sus fracasos horribles que palpitaban en cada latido de sus pechos.En un asiento color rosa se sentaron dos envejecidos a recordar la juventud con alegría, y en otros se encontraron los que nunca pudieron convertirse en un solo ser.En un árbol se hallaban dos adolescentes tiernos, que se habían conocido recién y por primera vez sentían atracción por el otro. Se abrazaban, enrojecían y tartamudeaban. Los nervios se apoderaron de ellos de una forma incontrolable. En una nube se encontraba una pareja de cuarentones tomándose un vino y compartiendo miradas al ritmo de la música. Se besaban suavemente.En el patio delantero había una muchacha de la clase alta con un muchacho y rodeaban más o menos los 26. Ellos se habían enamorado a los 15 años. Pero los padres de ella no la permitieron comprometerse con ese jovenzuelo porque trabajaba como cartonero. Se habían perdido con otras almas por el planeta y esa noche hermosa pudieron encontrarse y casarse.La noche pasó rápida a pesar que el tiempo, por esta vez, corrió más lento. Eran ya las 11:45 de la noche y a las 12 se acabaría todo.Todas las personas estaban con sus parejas esperando el fin. Cuando el Planeta Girasol se empezara a marchitar, todos los seres vivientes padecerían del sueño y se quedarían dormidos. Los seres se despidieron, esta vez no con sonrisa, sino con pena. El piso empezó a moverse, las nubes se deslizaron por sus cabezas, y el viento se llevó los árboles. Muchos escaparon, otros se escondieron debajo de las flores, para algunos no funcionó el hechizo del sueño y para otros sí, simplemente se quedaron dormidos. El Planeta Girasol se cayó y toda la fantasía del amor se esfumó para siempre.

Fin.